1. Determina tu situación financiera actual
Prepara una lista de tus activos y deudas. También incluye el valor aproximado de cada uno y el monto de tus adeudos. Similar a como si realizarás un pequeño Balance General personal. Si no sabes como hacerlo te recomendamos leer nuestra guía.
2. Establece tus objetivos financieros
Prioriza tus objetivos financieros de acuerdo a su importancia y tu situación económica y personal actual. Por ejemplo, tal vez me encantaría comprarme el nuevo BMW serie 6, pero mi hija acaba de entrar a la preparatoria y en 3 años irá a la universidad. Por lo tanto, quizá sea mejor enfocarme primero en asegurar su educación, antes de darme un lujo tan grande.
Asegúrate que tus metas financieras estén acordes a tu situación financiera actual. Recuerda que entre más alejadas se encuentren de tu realidad, más difícil será alcanzarlas y mayor insatisfacción tendrás durante el camino.
Recuerda que tus objetivos financieros son específicos y personales, por lo tanto, no te dejes influir por los demás, es decir, si tú no necesitas, ni quieres el nuevo iPhone X, no dejes que otros te influencien en el establecimiento de tus decisiones financieras.
3. Identifica alternativas de acción
- Estoy ahorrando solo el 5% de mi sueldo
- Estoy gastando $900 pesos al mes en cafés
- Compro ropa nueva cada semana
- Tengo un automóvil que solo utilizó los fines de semana
- Tengo $15,000 en videojuegos que ya no uso
- Estoy pagando $5,000 pesos al mes en intereses de la tarjeta de crédito
- Tengo un seguro de vida por $1 millón de dólares
- No tengo un seguro de gastos médicos mayores
Por ejemplo, si consideras que no puedes reducir tus gastos actuales y debes incrementar tus ingresos para alcanzar tus objetivos financieros, haz una lluvia de ideas de todo lo que pudieras hacer para lograrlo, por ejemplo:
- Pedir un aumento
- Cambiar de trabajo
- Trabajar tiempo extra como consultor o freelancer
- Invertir mis ahorros y activos poco productivos
- Emprender un negocio
- Ser comisionista de algún producto
- Crear un blog
4. Evalúa las alternativas
Revisa cuáles de estas acciones se adecuan más a tu vida y tus objetivos financieros. Considera que tomar una decisión, incluso la decisión de no decidir, tiene un costo de oportunidad atado, el cuál no solo puede ser económico, sino también de tiempo.
Considera también el riesgo de cada una de las alternativas. Aunque la incertidumbre es normal en cada decisión que se hace, es importante que estés consiente de las posibles pérdidas en caso de que el resultado no sea el esperado. También trata de analizar y minimizar dicho riesgo lo más posible. Es una buena idea preguntarle algún consejo a un experto o alguien de confianza para que te ayude a tomar la mejor decisión posible.
5. Crea e implementa tu plan financiero
Una vez que tengas los objetivos financieros identificados y qué vas a hacer para lograrlos, es momento de entrar a detalle en la planeación y ejecución.
Si decides que tienes que aumentar tus inversiones para recibir rendimientos periódicos, es momento de determinar cuestiones como:
- ¿Cuánto invertirás?
- ¿Con qué frecuencia se realizarán los depósitos?
- ¿De dónde vendrá ese dinero? ¿De recortes en los gastos o aumentos en los ingresos?
- ¿En qué institución invertiré esos recursos?
- ¿En cuál instrumento?
- ¿Cuál es el rendimiento esperado?
- ¿Con qué nivel de riesgo?
- ¿Durante cuánto tiempo estará invertido ese dinero?
6. Revisa constantemente tu plan financiero
Es importante que hagas una revisión periódica de tu plan para medir tu nueva situación financiera y asegurarte que tus objetivos financieros se mantengan. Así mismo, para realizar cualquier ajuste que consideres necesario para lograr tus metas o alcanzarlas más rápidamente.
La frecuencia mínima recomendada para realizar una revisión completa de tus finanzas es cada año, puedes aprovechar las fechas de las declaraciones de impuestos para hacerlo o bien, hacerlo al finalizar o empezar cada año. Aunque es recomendable realizar pequeñas revisiones más frecuentes para adaptarse a las nuevas condiciones personales, sociales y económicas.
Artículo gracias a: Angel Financiero
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