1. Saca todas tus tarjetas de crédito por dos meses de tus
carteras. Deja que los pagos automáticos sigan ocurriendo, pero sácalas de tus
carteras para que no puedas seguir pasándolas. Utiliza tarjeta de débito en
sustitución.
2. Abre una cuenta de ahorro sin ATH en un
segundo banco, transfiérele el 10% de todos tus ingresos y no los saques nunca.
Deja que los certificados financieros y el interés compuesto trabajen para ti.
3. Toma un préstamo
para ahorrar. Si no tienes mucha disciplina, pero eres muy bueno(a) pagando
préstamos, pide un préstamo y con el dinero que te den abre un certificado en
el mismo banco. Financieramente no es inteligente, pero emocionalmente es
fenomenal, ya que al final del préstamo tendrás tu dinero ahorrado. Repite
hasta que la disciplina salga sola.
4. No tengas más de
dos tarjetas de crédito a tu nombre. Si ya tienes un buen crédito, el exceso de
tarjetas de crédito puede jugar en tu contra, no sólo a nivel de score
crediticio sino mental, por el poder de compra y gasto que tienen.
5. Solicita que el
límite de crédito en pesos de la tarjeta que usas comúnmente no esté por encima
de tus ingresos mensuales. Si tu tarjeta de crédito es personal, tu poder de
compra debe ser igual o menor a tu capacidad de ingresos actual. Lo que sea que
esté por encima es un potencial problema.
6. Solicita que el
límite de crédito en dólares de tus tarjetas sea tan alto como sea posible. Los
viajes y las emergencias son atípicos y para ambos hay que estar preparados. La
sugerencia viene por cualquier emergencia médica que tengas que atenderte fuera
del país y por la garantía económica que a veces exigen.
7. Define un objetivo financiero que filtre todas tus
decisiones de dinero. Esta decisión, ¿me acerca o me aleja más de mi meta? Si
pudiéramos pensar eso cada vez que nos metemos la mano en los bolsillos, en el
mundo hubiera menos problemas.
8. Evita peleas.
Alinea tu objetivo financiero con el de tu pareja o tu familia. ¿Nos vamos de
viaje o cambiamos los muebles? ¿Cambiamos el carro o ahorramos para la
universidad de nuestros hijos? Revisen con frecuencia su objetivo financiero en
común.
9. Programa reuniones
de finanzas con tu pareja o tu familia por lo menos una vez al mes. Es difícil
ganarle a un enemigo que no puedes ver, y más difícil es ser amigo de alguien
con quien no hablas ni pasas tiempo. Atentamente, El Dinero.
10. Ten un seguro de enfermedades catastróficas.
No las estamos buscando ni deseando, pero la verdad es que tampoco sabemos si
nos pueden tocar. Lo que sí sabemos es que son extremadamente caras y pueden
acabar casi con cualquier fortuna.
11. Invierte aunque sea para aprender. Reflexiona en la
enorme cantidad de dinero que potencialmente pierdes [o que dejas de ganar] por
el miedo a invertir.
12. Comprométete con ser rico. No es lo mismo querer ser
rico, involucrarse con ser rico y comprometerte a ser rico. Cuando estás
comprometido lograrás el resultado no importa qué, sólo es cuestión de tiempo.
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